Se estableció con certeza quiénes fueron los espías del Ejército que actuaron en Salta y Jujuy
(Por Elena Corvalán, directora de Radio Nacional-Salta).-
Un informe oficial intenta cubrir el vacío que ha permitido hasta ahora que los agentes de inteligencia no sean vinculados con los hechos de represión, a pesar de estar claro que fueron partícipes. Una estructura de vigilancia compuesta por oficiales, suboficiales del Ejército y de otras fuerzas de seguridad y una larga lista de “civiles”, funcionaron como agentes del Destacamento de Inteligencia 143, con asiento en Salta, durante la última dictadura cívico-militar, y otro tanto ocurrió con el denominado Grupo Adelantado de Inteligencia que funcionó en Jujuy, dependiente de aquél.
Un informe realizado por el Programa Verdad y Justicia, del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, destaca que, como en el resto del país, estas unidades de inteligencia estuvieron “en el centro del dispositivo represivo”, dado que “habrían diseñado y controlado el accionar represivo”, seleccionando blancos, determinando el orden de mérito de los detenidos y asignando destinos.
El informe, al que Otros Territorios* tuvo acceso, se propone “despejar la aparente desvinculación que tuvieron en estos hechos, quienes siendo parte de la estructura organizativa (de la represión), no han sido mencionados por víctimas sobrevivientes, pero, sin embargo, compartieron estructuras, espacios, tiempos, con aquellos que sí han sido identificados”, por lo que no pudieron ser ajenos a los hechos.
Precisa el informe que las acciones realizadas por estas dependencias “formaron parte de un plan nacional represivo practicado contra la población durante la dictadura militar desde 1976 hasta 1983 y cuyos fundamentos y doctrina están expuestos en las directivas del Consejo de Defensa y del Comando en Jefe del Ejército, elaboradas y distribuidas en octubre de 1975”.
Esas directivas establecieron las prioridades operacionales, los organismos responsables, los niveles de coordinación y subordinación para llevarlas a la práctica, y “la hegemonía del Ejército, al cual se subordinaron las fuerzas policiales, Gendarmería, Prefectura y organismos vinculados como, por ejemplo, la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado)”.
La importancia de vigilar
Estas directivas determinaron que la actividad de inteligencia era prioritaria para el “combate a la subversión”.
La tarea de inteligencia, precisa el informe, “fue especializada y requirió personal entrenado técnica y sicológicamente; también fue siempre encubierta”. De hecho, todos los oficiales y suboficiales que integraron el Destacamento 143 y su Grupo Adelantado en Jujuy estuvieron en otros destacamentos de inteligencia y asistieron a “cursos técnicos de inteligencia” y a “cursos de inteligencia para jefes”. Algunos fueron también a la Escuela de las Américas, la ahora fortmalmente disuelta organización de la US Army destinada a instruir a los militares latinoamericanos en el combate al enemigo interno, incluyendo interrogatirios con aplicación de tormentos y desaparición de cadáveres.
Los suboficiales hicieron cursos de “técnico de inteligencia” y el de “perfeccionamiento para auxiliar de inteligencia”, llamado “Interrogadores”.
Precisamente, los miembros de inteligencia tenían a su cargo “el interrogatorio de inteligencia para seleccionar los prisioneros de guerra en la zona de combate”, ordenaba el Reglamento ROP 30-5. Complementando, el Reglamento RE 9-51, “Instrucción de lucha contra elementos subversivos”, consignaba: “El capturado es una fuente de información que debe ser aprovechada por el nivel de inteligencia”.
El trabajo del Programa Verdad y Justicia también cita el Reglamento RC 16–1, "Inteligencia Táctica", en el que se detallan las actividades a desarrollar para la obtención de información, la inteligencia y la contrainteligencia, los sabotajes, las actividades sicológicas secretas y las operaciones especiales.
La importancia que tenía la inteligencia queda explicitada en el "Reglamento de Organización y Funciones de los Estados Mayores" RC 3-1: el jefe de inteligencia, dispone, será el principal miembro del Estado Mayor, quien “tendrá responsabilidad primaria sobre los aspectos relacionados con el enemigo”.
En suma, la normativa general y los reglamentos implantaron las directivas que debían seguir los oficiales y suboficiales “aptos en inteligencia e interrogación, que han sido entrenados para esta tarea”.
Para los autores del informe, “resulta razonable y lógico suponer que estas directivas fueron cumplidas a cabalidad por el personal del Destacamento de Inteligencia 143 y su Grupo Adelantado de Jujuy”, dado que fueron propuestos para reconocimientos y ascensos.
Métodos
El Destacamento 143 funcionaba en la calle Belgrano al 400 de Salta. Dependía del Área 322, comprendida en la Subzona 32, perteneciente a la Zona III del III Cuerpo de Ejército.
El Grupo Adelantado de Inteligencia de Jujuy estaba en el Área 323, funcionaba en unas oficinas frente a la plaza central en un edificio lindante con la Central de Policía.
La central de inteligencia funcionaba dentro del Regimiento 20.
La Subzona 32 estaba bajo la jurisdicción del Comando de la Brigada de Infantería V, con asiento en Tucumán.
El informe precisa que la actuación de los destacamentos de inteligencia estuvo comprendida en las directivas impartidas en el plan nacional represivo. La Directiva 1 del Consejo de Defensa, de 1975, daba “libertad de acción para el empleo de los medios en zonas calientes”, en el marco de la “lucha contra la subversión”.
Las unidades de inteligencia eran las “responsables de interrogatorios, tormentos de detenidos, con el propósito de mantener la secuencia operacional de las unidades a partir de la información que se obtenía y que ellos mismos procesaban”.
El Reglamento RE -10-51, “Instrucción para operaciones de seguridad”, detallaba los elementos que los represores debían llevar a los operativos: “Se recomienda contar con palos, cuerdas y capuchones o vendas para el transporte de detenidos”.
Sobre el tratamiento a los detenidos, en el juicio a las Juntas, quien fuera jefe de la Guarnición Ejército Salta, Carlos Alberto Mulhall, dijo que “en todos los casos, se efectuaba un primer interrogatorio, se los derivaba ya sea a la delegación de la Policía Federal, o a la Jefatura de Policía” y luego se decidía si continuaba detenido. Para estas decisiones “siempre se daba intervención a personal que nuestras organizaciones militares tienen, especialistas en inteligencia, para poder determinar si el individuo está o no dentro de una organización subversiva”.
Quiénes fueron
A continuación, el listado de los oficiales y suboficiales que se desempeñaron en inteligencia en Salta y Jujuy:
Teniente coronel Osvaldo Mario Baudini
Teniente coronel Roberto Jesús González
Teniente coronel Juan Messina
Teniente coronel Osvaldo Lucio Sierra
Mayor Miguel Ángel Cornejo García
Capitán Sidney Edgar Page
Capitán Hugo José Schierano
Capitán Rodolfo Antonio Aguilar
Capitán Roberto Jones Tamayo
Capitán Enrique Federico Gentiluomo
Capitán Julio César de la Barrera
Capitán Antonio Gaspar Viana
Capitán Duilio Raúl Martínez
Capitán Néstor de la Vega
Capitán Aldo Carlos Checchi
Capitán Carlos Alberto Feijoo
Capitán Ricardo Ernesto Elicabe
Teniente primero Jorge Julio Affanni
Teniente primero Rafael Mariano Braga
Teniente primero Eduardo Jorge Coaker
Teniente primero Julio César de la Barrera
Teniente primero José Eduardo Bulgheroni
Teniente primero Guillermo Eduardo del Pino
Teniente primero Pedro Edgardo David
Suboficiales
José Federico Marcial
Máximo Rubén Chávez
Jacobo Eduardo Gómez
Benancio Celestino Cardozo
Amado Salim Osman
Alberto Raúl López
Salvador Américo Aredes
Hilario Romaniello
Julián Nicolás Quispe
Eduardo Amércio Nicolini
Miguel Andrés Mendoza
Roberto Montero
Domingo Orlando Cejas
Juan Heriberto Cruz
Juan José Maciel
Tehodolo Adolfo Aztorga
Raúl Alberto Salas
Martín Eugenio Arapa
Pedro Horacio Aguilera
Roberto Aquilino Barbosa
Alfonso Díaz
Martín García
Víctor Rivero
Oscar Humberto Blas
Aldo Julio César Díaz
Carlos Nicolás Gómez Argüello
Saturnino Orlando Durán
Víctor Cruz González
Raúl Guillermo Rivero
Luis Alejo Martínez
Norberto Carrizo
Héctor Argentino Gerónimo
Héctor Enrique Méndez
Fabián Sivila
Oscar José Paredes
*Esta nota fue publicada originalmente en dicho suplemento del Nuevo Diario de Salta con el título "Alma de buchón" y difundida por la Agencia de Noticias DH.
(Por Elena Corvalán, directora de Radio Nacional-Salta).-
Un informe oficial intenta cubrir el vacío que ha permitido hasta ahora que los agentes de inteligencia no sean vinculados con los hechos de represión, a pesar de estar claro que fueron partícipes. Una estructura de vigilancia compuesta por oficiales, suboficiales del Ejército y de otras fuerzas de seguridad y una larga lista de “civiles”, funcionaron como agentes del Destacamento de Inteligencia 143, con asiento en Salta, durante la última dictadura cívico-militar, y otro tanto ocurrió con el denominado Grupo Adelantado de Inteligencia que funcionó en Jujuy, dependiente de aquél.
Un informe realizado por el Programa Verdad y Justicia, del Ministerio de Justicia, Seguridad y Derechos Humanos de la Nación, destaca que, como en el resto del país, estas unidades de inteligencia estuvieron “en el centro del dispositivo represivo”, dado que “habrían diseñado y controlado el accionar represivo”, seleccionando blancos, determinando el orden de mérito de los detenidos y asignando destinos.
El informe, al que Otros Territorios* tuvo acceso, se propone “despejar la aparente desvinculación que tuvieron en estos hechos, quienes siendo parte de la estructura organizativa (de la represión), no han sido mencionados por víctimas sobrevivientes, pero, sin embargo, compartieron estructuras, espacios, tiempos, con aquellos que sí han sido identificados”, por lo que no pudieron ser ajenos a los hechos.
Precisa el informe que las acciones realizadas por estas dependencias “formaron parte de un plan nacional represivo practicado contra la población durante la dictadura militar desde 1976 hasta 1983 y cuyos fundamentos y doctrina están expuestos en las directivas del Consejo de Defensa y del Comando en Jefe del Ejército, elaboradas y distribuidas en octubre de 1975”.
Esas directivas establecieron las prioridades operacionales, los organismos responsables, los niveles de coordinación y subordinación para llevarlas a la práctica, y “la hegemonía del Ejército, al cual se subordinaron las fuerzas policiales, Gendarmería, Prefectura y organismos vinculados como, por ejemplo, la SIDE (Secretaría de Inteligencia del Estado)”.
La importancia de vigilar
Estas directivas determinaron que la actividad de inteligencia era prioritaria para el “combate a la subversión”.
La tarea de inteligencia, precisa el informe, “fue especializada y requirió personal entrenado técnica y sicológicamente; también fue siempre encubierta”. De hecho, todos los oficiales y suboficiales que integraron el Destacamento 143 y su Grupo Adelantado en Jujuy estuvieron en otros destacamentos de inteligencia y asistieron a “cursos técnicos de inteligencia” y a “cursos de inteligencia para jefes”. Algunos fueron también a la Escuela de las Américas, la ahora fortmalmente disuelta organización de la US Army destinada a instruir a los militares latinoamericanos en el combate al enemigo interno, incluyendo interrogatirios con aplicación de tormentos y desaparición de cadáveres.
Los suboficiales hicieron cursos de “técnico de inteligencia” y el de “perfeccionamiento para auxiliar de inteligencia”, llamado “Interrogadores”.
Precisamente, los miembros de inteligencia tenían a su cargo “el interrogatorio de inteligencia para seleccionar los prisioneros de guerra en la zona de combate”, ordenaba el Reglamento ROP 30-5. Complementando, el Reglamento RE 9-51, “Instrucción de lucha contra elementos subversivos”, consignaba: “El capturado es una fuente de información que debe ser aprovechada por el nivel de inteligencia”.
El trabajo del Programa Verdad y Justicia también cita el Reglamento RC 16–1, "Inteligencia Táctica", en el que se detallan las actividades a desarrollar para la obtención de información, la inteligencia y la contrainteligencia, los sabotajes, las actividades sicológicas secretas y las operaciones especiales.
La importancia que tenía la inteligencia queda explicitada en el "Reglamento de Organización y Funciones de los Estados Mayores" RC 3-1: el jefe de inteligencia, dispone, será el principal miembro del Estado Mayor, quien “tendrá responsabilidad primaria sobre los aspectos relacionados con el enemigo”.
En suma, la normativa general y los reglamentos implantaron las directivas que debían seguir los oficiales y suboficiales “aptos en inteligencia e interrogación, que han sido entrenados para esta tarea”.
Para los autores del informe, “resulta razonable y lógico suponer que estas directivas fueron cumplidas a cabalidad por el personal del Destacamento de Inteligencia 143 y su Grupo Adelantado de Jujuy”, dado que fueron propuestos para reconocimientos y ascensos.
Métodos
El Destacamento 143 funcionaba en la calle Belgrano al 400 de Salta. Dependía del Área 322, comprendida en la Subzona 32, perteneciente a la Zona III del III Cuerpo de Ejército.
El Grupo Adelantado de Inteligencia de Jujuy estaba en el Área 323, funcionaba en unas oficinas frente a la plaza central en un edificio lindante con la Central de Policía.
La central de inteligencia funcionaba dentro del Regimiento 20.
La Subzona 32 estaba bajo la jurisdicción del Comando de la Brigada de Infantería V, con asiento en Tucumán.
El informe precisa que la actuación de los destacamentos de inteligencia estuvo comprendida en las directivas impartidas en el plan nacional represivo. La Directiva 1 del Consejo de Defensa, de 1975, daba “libertad de acción para el empleo de los medios en zonas calientes”, en el marco de la “lucha contra la subversión”.
Las unidades de inteligencia eran las “responsables de interrogatorios, tormentos de detenidos, con el propósito de mantener la secuencia operacional de las unidades a partir de la información que se obtenía y que ellos mismos procesaban”.
El Reglamento RE -10-51, “Instrucción para operaciones de seguridad”, detallaba los elementos que los represores debían llevar a los operativos: “Se recomienda contar con palos, cuerdas y capuchones o vendas para el transporte de detenidos”.
Sobre el tratamiento a los detenidos, en el juicio a las Juntas, quien fuera jefe de la Guarnición Ejército Salta, Carlos Alberto Mulhall, dijo que “en todos los casos, se efectuaba un primer interrogatorio, se los derivaba ya sea a la delegación de la Policía Federal, o a la Jefatura de Policía” y luego se decidía si continuaba detenido. Para estas decisiones “siempre se daba intervención a personal que nuestras organizaciones militares tienen, especialistas en inteligencia, para poder determinar si el individuo está o no dentro de una organización subversiva”.
Quiénes fueron
A continuación, el listado de los oficiales y suboficiales que se desempeñaron en inteligencia en Salta y Jujuy:
Teniente coronel Osvaldo Mario Baudini
Teniente coronel Roberto Jesús González
Teniente coronel Juan Messina
Teniente coronel Osvaldo Lucio Sierra
Mayor Miguel Ángel Cornejo García
Capitán Sidney Edgar Page
Capitán Hugo José Schierano
Capitán Rodolfo Antonio Aguilar
Capitán Roberto Jones Tamayo
Capitán Enrique Federico Gentiluomo
Capitán Julio César de la Barrera
Capitán Antonio Gaspar Viana
Capitán Duilio Raúl Martínez
Capitán Néstor de la Vega
Capitán Aldo Carlos Checchi
Capitán Carlos Alberto Feijoo
Capitán Ricardo Ernesto Elicabe
Teniente primero Jorge Julio Affanni
Teniente primero Rafael Mariano Braga
Teniente primero Eduardo Jorge Coaker
Teniente primero Julio César de la Barrera
Teniente primero José Eduardo Bulgheroni
Teniente primero Guillermo Eduardo del Pino
Teniente primero Pedro Edgardo David
Suboficiales
José Federico Marcial
Máximo Rubén Chávez
Jacobo Eduardo Gómez
Benancio Celestino Cardozo
Amado Salim Osman
Alberto Raúl López
Salvador Américo Aredes
Hilario Romaniello
Julián Nicolás Quispe
Eduardo Amércio Nicolini
Miguel Andrés Mendoza
Roberto Montero
Domingo Orlando Cejas
Juan Heriberto Cruz
Juan José Maciel
Tehodolo Adolfo Aztorga
Raúl Alberto Salas
Martín Eugenio Arapa
Pedro Horacio Aguilera
Roberto Aquilino Barbosa
Alfonso Díaz
Martín García
Víctor Rivero
Oscar Humberto Blas
Aldo Julio César Díaz
Carlos Nicolás Gómez Argüello
Saturnino Orlando Durán
Víctor Cruz González
Raúl Guillermo Rivero
Luis Alejo Martínez
Norberto Carrizo
Héctor Argentino Gerónimo
Héctor Enrique Méndez
Fabián Sivila
Oscar José Paredes
*Esta nota fue publicada originalmente en dicho suplemento del Nuevo Diario de Salta con el título "Alma de buchón" y difundida por la Agencia de Noticias DH.
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